¡URGENTE! La semana pasada nos ha sido notificado el resultado de la demanda interpuesta por la CNT-CIT contra la Federación Local de Madrid de la CNT-AIT: nos dan un mes para desalojar voluntariamente los históricos locales de Tirso de Molina.
Pese a nuestra total desconfianza en la justicia burguesa, no hemos podido dejar de sorprendernos con una sentencia tan vergonzosa, entre otras cosas porque la jueza la ha dictado sin darnos siquiera la oportunidad de defendernos. Nos quieren echar de los locales en los que hemos crecido como militantes sin ni siquiera haber podido hablar en todo el proceso. Y para empeorar la situación se nos impone el pago de las costas del juicio.
¿Cómo hemos llegado hasta aquí? Intentaremos hacer un breve resumen.
En la CNT históricamente siempre ha habido dos «tendencias» ―y entre ellas una escala de grises―: la que se ha querido centrar exclusivamente en el sindicalismo y otra de sensibilidad anarquista. A lo largo de años de trabajo y compromiso ―que desde 1910 son muchos― ha habido épocas de mejor o peor convivencia y épocas de ruptura, como la escisión que dio origen a la actual CGT.
Pues bien, desde hace unos años, se han ido produciendo diferentes acontecimientos que han desembocado en que a día de hoy existan dos CNT: la CNT-CIT que lleva años priorizando un dudoso crecimiento e implantación a costa de los principios, tácticas y finalidades tradicionales del anarcosindicalismo y la CNT-AIT que los sigue defendiendo.
Ante todo hay que señalar que en la CNT-AIT, como anarcosindicalistas que somos, nunca hemos dejado de lado la lucha por la emancipación de nuestra clase y la mejora de nuestros derechos. Basta un repaso por los diferentes conflictos que los sindicatos que la conformamos hemos mantenido durante los últimos años sin delegar en profesionales del sindicalismo.
La CNT-CIT, por su lado, hace tiempo que se ha ido profesionalizando y verticalizando haciendo que el sindicalismo deje de ser una responsabilidad de la clase trabajadora y un ejercicio de solidaridad imprescindible. Esto se hace visible por el hecho de que cuentan entre sus filas con personal asalariado, lo cual no es compatible con los valores fundamentales del anarcosindicalismo y supone una traición a los mismos.
Ahondaremos próximamente en esta cuestión. Por ahora baste decir que esta tendencia fue ganando peso en la CNT-CIT y ello condujo a que muchos sindicatos de sensibilidad más próxima al anarquismo abandonaran la Organización o fueran expulsados por denunciar y oponerse a esta deriva reformista, como fue nuestro caso del que hace ya siete años.
Desde entonces la Federación Local de Madrid ha seguido llenando de vida y lucha nuestros históricos locales de Tirso de Molina, 5. Y decimos “nuestros” porque fue la militancia anarcosindicalista madrileña la que compró este espacio y la que lo ha mantenido todos estos años con sus cuotas y no la CNT con su patrimonio sindical acumulado.
Pues bien, a la CNT-CIT no le bastó con expulsar a los sindicatos que le resultaban incómodos, no. Su fin último busca nuestra desaparición. Y para ello están dispuestos a utilizar todas las herramientas a su alcance: desde demandas en la Audiencia Nazional reclamándonos el pago de sumas estratosféricas hasta mandar a los antidisturbios a desalojar nuestros locales de Tirso, que como todo el mundo sabe ―la CNT-CIT mejor que nadie― no vamos a dejar voluntariamente.
Teniendo todo esto en cuenta y haciendo un análisis de la situación, desde nuestro punto de vista aceptamos haber cometido errores: El primero haber recurrido a la justicia burguesa para intentar frenar esta debacle con contradenuncias para paliar los daños judiciales que aún así nos están aplicando (sin llegar jamás a pedir penas de prisión, compensaciones económicas o desalojos policiales como hacen en la CNT-CIT), el haber confiado ingenuamente en que tal vez podríamos llegar a algún tipo de acuerdo que garantizase el bienestar de todas las partes, si no con la CNT- CIT, al menos con alguno de los sindicatos que la conforman y, por último, haber valorado el contacto con aquellxs que se alinean con el poder acudiendo a los órganos judiciales, que tanto nos han dañado a lo largo de la historia. Todo muy alejado de nuestros principios y de nuestra lógica de vida.
En relación a esto último, interpelamos directamente al SOV de Madrid de la CNT-CIT que tuvo la iniciativa de dialogar con nosotrxs de cara a buscar una solución al conflicto por los locales. Sin embargo, las conversaciones han cesado de forma abrupta por su parte sin explicación alguna ―intuimos que por órdenes que vienen desde arriba y no por decisión propia de su asamblea―. Lo cual no aceptaremos sin más. Si han decidido abandonar la vía del diálogo que, por lo menos, actúen con dignidad y lo digan abiertamente.
La última vez que nos reunimos delegaciones de ambos sindicatos les informamos de que estábamos trabajando en una propuesta que sirviera para buscar una solución no sólo a los locales de Tirso sino a todos los locales que la CNT-CIT pretende usurpar a la CNT-AIT. Locales que sirven no sólo para hacer anarcosindicalismo, si no también para afrontar todo tipo de luchas sociales, difundir la cultura e ideas anarquistas, y dar refugio a personas agredidas y represaliadas por la policía y el Estado.
Entonces, ¿por qué este empeño en apropiarse de los locales de la CNT-AIT? Muy sencillo. Lxs dirigentes de la CNT-CIT están convencidxs de que si nos quitan los locales ―cosa que todavía está por ver― acabaremos desapareciendo como organización. Pero se equivocan. Aunque nuestra tarea se volviera más ardua no vamos a dejar de pelear por el mundo nuevo que llevamos en nuestros corazones.
En la CNT-AIT, seguiremos haciendo anarcosindicalismo a pesar de todo y nos mantendremos como la única organización sindical horizontal y revolucionaria con implantación que queda en el Estado español. Y por eso mismo plantaremos cara a quienes quieran aniquilarnos ―sea el Estado, la patronal o la CNT-CIT― utilizando nuestras armas de siempre: el apoyo mutuo y la acción directa.
Recurrir a los juzgados y a la policía para desalojar locales sindicales en uso es algo que pensamos debiera obligar a posicionarse a los colectivos y organizaciones sociales, anarquistas o no. Por eso queremos hacer un llamamiento a los mismos para que se solidaricen con nosotrxs, no colaboren con la CNT-CIT en sus prácticas autoritarias y represivas e incluso nos ayuden a parar los futuros intentos de desalojo.
No somos mercancía que se venda. Somos y seremos lo que queramos ser y no lo que quieren que seamos.