El próximo domingo 13 de octubre, la CNT-AIT de Madrid asistirá a la manifestación del Sindicato de Inquilinas e Inquilinos que recorrerá desde las 12h. las calles que van desde la Pl. De Atocha hasta Callao:
https://www.inquilinato.org/el-13-de-octubre-salimos-a-las-calles/
[Comunicado de la CNT-AIT Madrid sobre la situación de los alquileres]
SIN PROPIEDAD PRIVADA NO HAY CASEROS (NI POLÍTICOS)
El próximo 13 de octubre asistiremos a la manifestación convocada en Madrid bajo el lema “Bajemos los Alquileres”.
Sin embargo, como organización anarcosindicalista, no debemos perder de vista el objetivo final: la abolición de la propiedad privada.
Con esta afirmación, no queremos menospreciar el impacto que tiene sobre una persona oprimida la obligación de tener que pagar una cantidad de dinero mensual para tener un techo bajo el que refugiarse. Tampoco negamos la subida obscena de la cantidad que se nos exige cada mes, que cada vez consume un porcentaje mayor de las migajas que nos da la clase empresaria para satisfacer nuestras necesidades vitales.
Es importante señalar esto porque, bajo la reivindicación de la bajada del alquiler, las distintas políticas parásitas pertenecientes al “gobierno más progresista de la historia” hacen llamamientos a acudir a la manifestación. Estas mismas políticas cobran salarios desorbitados y habitan casas opulentas (cuando no son propietarias de más de una vivienda, siendo ellas mismas rentistas) gracias a su participación en un gobierno que defiende los intereses de los ricos. Entendemos que cualquier tipo de gobierno sirve únicamente como altavoz y defensor de los ricos, de los propietarios. Todo gobierno, se vista del pelaje que sea, lleva en su esencia la propiedad privada, concepto bajo el cual las políticas, las propietarias y las empresarias acumulan y acaparan todo aquello necesario para satisfacer nuestras necesidades, en este caso concreto, la vivienda. Bajo este concepto de propiedad privada, nos convertimos en desposeídas y oprimidas.
Aunque se baje el precio del alquiler, nos seguiremos viendo obligadas a vender nuestra vida y nuestra fuerza de trabajo a cambio de un salario. Aunque se baje el alquiler, seguiremos enfermando en el trabajo, o por el simple hecho de salir a la calle en urbes mega contaminadas. Aunque se baje el precio de los alquileres, seguiremos sufriendo el acoso policial debido a nuestras prácticas políticas o al color de nuestra piel. Aunque se baje el precio del alquiler, seguiremos viendo cómo el individualismo aumenta, cómo cada vez estamos más atomizados, cómo cada vez nos vemos más inmersos en una sociedad digital que lo abarca todo y, a la vez, destruye cualquier tipo de solidaridad y posibilidad de lucha. Aunque se baje el precio del alquiler, el capitalismo seguirá devastando la tierra, a través de guerras o de su sistema productivo, llevándonos de manera inexorable hacia el colapso.
No podemos dejar estas líneas, al estar hablando de la cuestión de la vivienda, sin dedicar una mirada cómplice y un abrazo solidario a nuestras compañeras okupas. Esas compañeras que han convertido los lugares que habitan en trincheras desde las que atacar, desde las que posicionarse en esta guerra que libramos contra la propiedad privada y el Estado. La okupación es acción directa y apoyo mutuo; son las desposeídas tomando las riendas de su vida, sin delegar en nadie ni creer los cantos de sirena de las políticas progresistas, que pretenden llevarnos al conformismo y a la sumisión.
En definitiva, por mucho que se baje el alquiler, por mucho que dispongamos de más dinero a final de mes, nuestra existencia seguirá desarrollándose bajo la asfixiante bota de la propiedad privada, dejándonos con una vida que no es plena, que se queda en un mero cascarón, puesto que en este mundo, no podemos vivir, tan solo aspiramos a sobrevivir.
POLÍTICOS A LA HOGUERA. GUERRA A LA PROPIEDAD PRIVADA