Hace unos día recibimos la noticia de que ya tenemos nueva fecha de juicio contra los compañeros acusados de desórdenes y daños tras la pasada huelga general del 29M del 2012. Finalmente el juicio será los días 25 y 31 de mayo del presente año. En este sentido convocamos una semana de lucha entre el 28 de marzo y el 3 de abril, que será el relanzamiento de la campaña contra El Corte Inglés.
Recordamos que en este procedimiento
judicial, ademas del Estado a través de la fiscalía, también participa
la empresa El Corte Inglés con la exigencia a los huelguistas de un pago
de 8500 euros como compensación por los destrozos y sabotajes recibidos
durante aquella jornada. Para aquellas personas que desconozcan la
historia que hay detrás de esta acusación, así como la participación de
El Corte Inglés en la represión a trabajadoras y huelguistas, a
continuación explicaremos en qué consiste todo esto.
¿De dónde viene todo? El 29M de 2012
El pasado 29 de marzo de 2012 se produjo
una jornada de huelga general en todo el estado español como respuesta a
la reforma laboral impulsada por el gobierno. Dicha reforma supuso un
duro golpe a las condiciones de la clase trabajadora. Con la excusa de
la crisis, desde el gobierno y la patronal se impulsaron numerosas
medidas destinadas a abaratar el despido, precarizar aún más los
contratos de trabajo y abaratar sustancialmente los gastos en “mano de obra” mediante la disminución de los derechos laborales.
La reforma laboral, sumada a la oleada
de recortes a servicios básicos, la sucesión de EREs y deshaucios,
habían generado un clima de crispación social que se venía
materializando en protestas multitudinarias a lo largo y ancho del
Estado. Concretamente en Barcelona estas protestas habían alcanzado
cierta seriedad y contundencia en episodios como la huelga general del
29 de septiembre de 2010, las protestas derivadas del 15M como la acción
de “Aturem el Parlament” de 2011 o las manifestaciones anticapitalistas de los diversos 1 de mayo.
En este contexto, la huelga del 29M en
Barcelona tuvo una incidencia considerable. Decenas de miles de personas
se organizaron al margen de los sindicatos oficiales (CCOO, UGT) y
llevaron a cabo multitud de piquetes, cortes de carretera, sabotajes y
acciones, cuyo resultado fue la paralización, o al menos una
interrupción muy notable, de la actividad laboral en la ciudad. Las
acciones tuvieron su momento álgido en la manifestación de la tarde,
tremendamente multitudinaria, la cual, tras duras cargas policiales,
derivó en horas de disturbios y enfrentamientos con la policía.
A lo largo de la jornada de huelga
muchas fueron las empresas atacadas y señaladas por sus prácticas
esclavistas con los/as trabajadores/as. Entre ellas, El Corte Inglés,
rodeado siempre por un cordón de antidisturbios como si fuesen un
ejército privado, pero que ese día no pudo evitar que se señalase a la
archiconocida empresa como un nido de precariedad y machismo.
Tras las protestas, como viene siendo
habitual, vino el saldo represivo: cientos de personas detenidas,
algunas de ellas meses después de la huelga, fruto de una actividad
policial sin precedentes cercanos en la que se utilizaron listas de
militantes, webs con fotos de huelguistas para que se realizaran
denuncias anónimas o redadas por barrios en las que se llegaba incluso
preguntar a los/as vecinos/as por su ideología política . Dos de estas
personas fueron acusadas de desórdenes públicos y daños por lo
acontecido en El Corte Inglés, y tras un largo sumario, se les pide 5
años de prisión y 8500 euros de responsabilidad civil.
¿Por qué El Corte Inglés?
Esta empresa siempre es uno de los
grandes objetivos en cualquier protesta. Esto es debido a su política
tanto dentro de la propia empresa con las/os trabajadoras/es como fuera
de ella hacia la sociedad en general.
Si algo caracteriza a El Corte Inglés es
su especial fijación con las mujeres. Desde hace muchos años acumula
sentencias por discriminación salarial. Los casos de acoso laboral con
connotaciones de género están a la orden del día. Hasta hace pocos años
los trabajadores hombres de El Corte Inglés no estaban obligados a
vestir uniforme de empresa, mientras que las mujeres sí: minifalda y
camisa ceñida. Además, su política de ventas nos da una idea del
concepto que tienen sobre la mujer y su papel en la sociedad. No se
conforman con la “cosificación” de la mujer en todas y cada una de sus
campañas de moda, relegándonos a un papel de objeto sexual, sino que
directamente llegan al extremo de vender productos con eslóganes
misóginos e insultantes. No hace mucho tiempo tuvieron que retirar de
sus tiendas , por el escándalo que supuso, unas camisetas infantiles con
rótulos como “inteligente como papá” y “bonita como mamá”.
También salieron a la luz fotografías que demostraban que en algunas
tiendas se habían clasificado los productos de limpieza como artículos “para ellas”.
A esto hay que sumar las ventas de libros misóginos y homófobos así
como incontables ejemplos de machismo que nunca verán la luz por los
sólidos vínculos de la empresa con los medios de comunicación.
Otra de las características más
peculiares de El Corte Inglés es su acervado anti sindicalismo. Para la
plantilla de la empresa no está permitido sindicalizarse, salvo que sea
en uno de los dos sindicatos que la propia emopresa ha creado: FASGA y FETICO.
Este modelo, calcado al sindicalismo de la dictadura, sirve para evitar
la proliferación de quejas y conflictos sindicales. A su vez, generan
dentro de la compañía una “microsociedad” en la que es la
empresa la que se hace cargo de todo, y se fomenta hasta el extremo el
coorporativismo o “patriotismo de empresa”. Y todo aquél que no
demuestre sumisión ciega a los valores de El Corte Inglés, será
despedido/a o acosado/a hasta que abandone por su propio pie el centro
de trabajo.
Los parecidos entre la política de
empresa de El Corte Inglés y el fascismo no son casualidad. Se da la
circunstancia de que el director deneral de la compañía, Dimas Gimeno, es conocido por presentarse en diversas elecciones en listas de Falange Española Independiente, al igual que su hermano Miguel Ángel Gimeno.
Se podría decir, por tanto, que le empresa defensora de los valores
familiares por antonomasia está dirigida por una familia de falangistas,
hecho que explica en parte su rancio extremismo derechista.
A nivel laboral, El Corte Inglés es una
de las principales empresas impulsoras de la precarización extrema de
las condiciones de trabajo en el sector del comercio. Cualquiera que
tenga conocimiento de este sector sabe cuál es la evolución de las
condiciones laborales: festivos laborables, jornadas parciales,
disponibilidad absoluta, modificaciones de horarios, jornada a la carta
para la empresa, despidos por quedarse embarazada o por pertenecer a un
sindicato… Estas condiciones laborales son el fruto de las presiones de
la patronal de comercio en la que se encuentran especialmente situadas
empresas como El Corte Inglés y otras como MERCADONA, que han medrado en
el sector gracias a la escasa implantación de sindicatos de clase
verdaderamente combativos.
Además, es conocida la complicidad de El
Corte Inglés con altos mando políticos, policiales y judiciales. No
hace mucho salió a relucir por las redes sociales el caso del ascenso a Jefe Superior de Policía de la Comunitat Valenciana a José Javier Causante,
quien era conocido por alardear en Alicante de los regalos que recibía
de El Corte Inglés, como cestas de navidad y botellas de vino valoradas
en más de 600 euros. Hechos como este explican que sea la única empresa
que cuenta con cordón policial “hecho a medida” en huelgas y manifestaciones.
Pero no contentos con sobornar a “las
autoridades”, directamente les pone en nómina. Son varios lo jueces
destacados que trabajan para El Corte Inglés: Juan Moral de la Rosa (Ex-fiscal de la Audiencia Nacional, actual asesor jurídico de El Corte Inglés e íntimo amigo de Soraya Sáez de Santamaría, vicepresidenta del gobierno), Jose Luis González Armengol (juez decano de Madrid durante 10 años, hoy abogado de El Corte Inglés), Ismael Moreno
(magistrado juez de la Audiencia Nacional y director de carreras en el
Centro de Estudios Universitarios Ramón Areces CEURA, propiedad de El
Corte Inglés). También contratan destacados policías, como Catalina Polan, contratada por el Jefe de seguridad de El Corte Inglés y actualmente con cargo de directivo en la empresa.
Otras instituciones de ética cuestionable también están relacionadas con El Corte Inglés. La Iglesia Católica,
por ejemplo, tiene a esta empresa como uno de sus principales
colaboradores en el Estado Español, dispuestos tanto a proveer grandes
eventos religiosos como el caso de la JMJ de 2011 en Madrid, con visita del Papa incluida, así como a financiar la beatificación del dirigente del Opus Dei Álvaro del Portillo.
Otra institución relacionada con la empresa es la cárcel, siendo El
Corte Inglés quien gestiona desde los economatos a parte del trabajo de
los/as presos/as, pasando por fabricar los uniformes de los funcionarios
de prisiones.
Por último nos gustaría explicar la
ausencia de noticias que destapen la multitud de escándalos que rodean a
esta empresa. La explicación es muy sencilla: El Corte Inglés es el
mayor anunciante del estado español. Decir que esta empresa tiene a
todos los medios comerciales comprados no es exagerar, es literal. ANONYMOUS
ha publicado una parte de las cuentas de El Corte Inglés en las que se
demostraba que además de los millones de euros que invierten en
publicidad, tienen en nómina a conocidos e influyentes periodistas: Fernando Ónega, Isabel Durán o Jaime González,
por ejemplo. En resumen, tienen asegurada la buena prensa en los
medios, periódicos, radios y canales de televisión más influyentes del
Estado: desde el diario Público hasta INTERECONOMIA.
¿Qué queremos conseguir?
A raíz del juicio
contra estos dos compañeros, desde Acció Llibertària de Sants y la
CNT-AIT de Barcelona hemos lanzado una campaña con varios objetivos:
1. Desenmascarar e El Corte Inglés como una empresa machista, explotadora y cómplice del Estado en la represión,
como bien lo demuestra su presencia en procedimientos penales como el
que nos ocupa, o su papel en otros ámbitos represivos. En este sentido,
hemos lanzado multitud de acciones contra esta empresa, y sólo pararemos
en caso de que decidan retirarse definitivamente del proceso penal
contra los huelguistas del 29M.
2. Reivindicar la huelga del
29M, así como en general defender la huelga como lo que realmente es:
una herramienta de confrontación de la clase trabajadora para luchar por
sus intereses. La huelga es una batalla de desgaste y sólo
tiene dos finales: o victoria o derrota. Desde esta perspectiva no se
entiende la óptica que se ha alimentado los últimos años por los medios
de comunicación con la complicidad de los sindicatos oficiales, en la
que se presenta la huelga como una mera protesta más, y se carga contra
los/as trabajadores/as que deciden realizar acciones directas, cortes de
carretera, sabotajes o piquetes contundentes para hacerla triunfar.
Dada la cantidad de desinformación vertida contra las huelgas, ya sean
generales o de empresa, nos vemos en la necesidad de recordar que no es
una mera actividad de protesta, sino un episodio de la lucha de clases,
en el que los trabajadores ponemos toda la carne en el asador y debemos
hacer todo lo que sea posible para ganarla.
3. Advertir de la creciente
represión por parte del Estado contra trabajadores/as que participan en
huelgas y conflictos laborales así como manifestantes y militantes
revolucionarios en general. Llevamos unos años viendo a
multitud de personas condenadas penalmente, muchas de ellas en prisión.
Este hecho viene acompañado de una gran campaña por parte del Estado
contra aquellas personas que han decidido luchar por una sociedad más
justa al margen de los cauces políticos o sindicales supuestamente
“oficiales”. Se nos acusa de causar disturbios, organizar huelgas
salvajes, practicar extorsión contra las empresas o directamente de ser
terroristas. Mientras tanto, en una época en la que la clase política
estaba completamente desacreditada, surgen nuevos partidos y
organizaciones “democráticas” para canalizar el malestar y la rabia de
un amplio sector de la sociedad, haciendo una gran separación entre
quienes aceptan las reglas de la democracia parlamentaria y quienes no,
tachando de antisistema, violentos/as y terroristas a estos últimos.
Concretamente en el ámbito de la lucha
laboral, también nos gustaría advertir de las maniobras de la patronal y
el Estado para intentar neutralizar las huelgas, estableciendo nuevas y
más estrictas regulaciones que impidan que éstas tenga incidencia en la
economía. Quieren garantizar el “derecho al trabajo” y evitar lo que
llaman “huelgas salvajes”, o lo que es lo mismo, ilegalizar la huelga
como herramienta realmente efectiva.
4. Abrir un proceso de debate en
el seno del movimiento libertario para afrontar este periodo represivo
desde una óptica política. Somos conscientes de que la
represión es una respuesta natural del sistema estatal capitalista
contra aquellas personas que lo ponen en cuestión, y que son
potencialmente amenazas. También somos conscientes de que la represión
no busca anular a individuos concretos sino a prácticas colectivas, y
por tanto abogamos por contestar colectivamente. Creemos que es hora de
que dejemos claro que más allá de la inocencia o la culpabilidad
individual, nuestros colectivos y organizaciones respaldan las acciones
revolucionarias orientadas a conseguir una sociedad más justa, por las
cuales estamos siendo juzgados y llevados a prisión.
¿Qué hemos hecho hasta ahora?
Desde noviembre del año pasado llevamos
desarrollando una campaña en la línea descrita, a la que se han sumado
colectivos, sindicatos y organizaciones anarquistas de todo el estado.
La parte más visible ha sido la campaña de Boicot El Corte Inglés, la
cual se puede seguir tanto en las webs y redes sociales de Acció
Llibertària de Sants y la CNT-AIT de Barcelona, como en los hastags
#BoicotElCorteIngles y #lavagaquevolem donde se puede comprobar hasta
qué punto se ha extendido.
Ahora, con las nuevas fechas de juicio,
relanzaremos la campaña con más fuerza si cabe para demostrar que aún
hay gente que defiende la lucha en la calle y en los centros de trabajo.
Volem una vaga que faci que el capitalisme tremoli. I tu quina vaga vols?
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